
The Pipeline
- Localización: Ciudad de México, México
- Estado: Concurso
- Año: 2020
- Colaboración externa: MOSI Arquitectura + Carlos Beltrán Velamazán
Sobre el proyecto
“THE PIPELINE” es una de las propuestas para el concurso internacional “MEXTROPOLI” en su edición de 2020 para abordar un espacio urbano de relación, concienciación y reunión enmarcado en las actividades culturales y artísticas de la Ciudad de México con carácter anual.
Siempre ha existido en la arquitectura una preocupación por la interacción con la luz, por cómo capturar y atrapar la luz dentro del espacio arquitectónico y por cómo ésta lo modifica.
La luz puede ser cambiada o alterada, pero siempre es la dueña del espacio arquitectónico bien sea por presencia o por ausencia. Las variaciones de luz estimulan las diferentes actividades e interacciones con el espacio arquitectónico, con la materia, su textura y con el receptor de estos cambios sensoriales. La existencia de sombra es consecuencia directa de la luz como origen.
El proyecto es un juego de diferentes opacidades donde la luz entra para generar espacios completamente distintos, un laberinto de tubos donde encontrar diferentes zonas de transición mediante el uso de la luz y donde los niños juegan con su imaginación convirtiendo la luz como el vehículo a una realidad imaginada.
El proyecto está compuesto por tubos de cartón reciclado como material sostenible y responsable ante la emergencia climática que la sociedad esta sufriendo en la actualidad. La disposición de los tubos responde a un apilamiento tanto horizontal como vertical dando como resultado una topografía artificial irregular.
La propuesta presenta una predisposición a ser modificada por el usuario, ya que parte de una base en la que el juego de colores y palabras fomentan la relación social entre lo que representa la arquitectura efímera y el entorno donde se emplaza logrando una armonía, la posibilidad de alterar la apariencia de los tubos con colores, palabras, dibujos, etc. mediante el juego de niños y adultos permite dejar una huella temporal en la forma de hacer ciudad.
La introducción del color responde a una reflexión entre lo que supone la arquitectura vernacular mexicana y cómo ésta se integra en la sociedad siendo el color el lenguaje de la relación entre usuario y arquitectura.